-lydiaafer♥
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viernes, 5 de noviembre de 2010
Primer capítulo del libro: Madame Julieta Está Muerta?
1Permiso para casarse
Todo estaba fríamente calculado, había llegado la noche en la que la distinguida familia Bonapeti se encontrara de fiesta, ya que la única hija soltera que les quedaba a los señores Norberto y Elisabetta Bonapeti estaba por casarse, por así decirlo, puesto que esa noche, la mansión se encontraba llena, llena de invitados que estaban, por así decirlo “de más”, sólo para estar presentes en la pedida de mano de Julieta, quién a sus veintidós años ya sería desposada.
En el salón principal se encontraban unos cuantos Duques, Magistrados e invitados importantes, todos sentados en la mesa exageradamente larga que se encontraba ahí.
Elisabetta comenzaba a preocuparse, pues los invitados no paraban de llegar y se sumaban a la fiesta, preguntando por el paradero de la futura novia.
Las damas del lugar llevaban puestos sus pomposos y exuberantes vestidos hechos por distinguidos diseñadores, con los cabellos cada vez más escandalosos y todo el joyero puesto encima, aquel era un ambiente claramente hecho para presumir lo bien que los trataba la vida.
Un enorme silencio se desprendió por el lugar al abrirse la puerta del salón, era Luigi Donaldi, el futuro yerno de los señores Bonapeti. Norberto se acercó a éste y le ofreció una deliciosa y costosa copa de champagne, -el especial de la casa- le dijo Norberto.
A su vez, Elisabetta también se acercó a Luigi, preguntándole por su retraso, pero sin dejar de sonreír, pues Marangela Rubal, la más engreída dama y esposa del Magistrado, no dejaba de “observarla”.
Luigi no contestó a la pregunta de la señora Bonapeti, más bien, la esquivó preguntando por Julieta. Elisabetta tomó su campanilla y llamó a Myriam, la ama de llaves, quien rápidamente atendió a su llamado. –Necesito que busques a Julieta y la hagas bajar, ya todos están aquí- Myriam asentó con la cabeza y prácticamente corrió a buscarla.
La música no dejaba de sonar, el violín se escuchaba asombroso y Norberto tomó a Elisabetta de la mano, rumbo a la pista de baile, cabe mencionar que el señor Bonapeti ya contaba con unas cuantas copitas de más.
La comida no paraba de llegar a la inmensa mesa, con toda esa elegante comida, prácticamente se podría dar de comer a todo el reino.
Los invitados comenzaron a pararse de sus asientos, la música dejó de tocar, y Luigi volteó la mirada hacia donde todos veían, era Julieta, llevaba puesto un vestido rojo a media rodilla, un poco de tul negro se asomaba por debajo y unas medias de red, todo combinaba perfectamente con su piel pálida y sus cabellos azabache. Luigi fue en dirección a ella y la tomó de la mano, entonces, la música comenzó a sonar de nuevo y los futuros novios saludaban a todos los invitados.
Las campanillas sonaron en el salón, había llegado el momento del plato principal, esta vez servirían Ganso al horno y Langosta termidor, acompañados por whisky o champagne.
El chef Mario salió con el primer platillo en la mano, como si fuera una pasarela de moda y lo puso justo enfrente de Julieta y Luigi. –Espero que lo disfrute madame.- formuló Mario.
Los otros platillos estaban ya sobre la mesa y los invitados cenaban muy correctamente, salvo por el Marqués Oswaldo, el cual comía demasiado, parecía no masticar la comida, y eso se reflejaba en el botón que estaba a punto de saltar y darle en el ojo a alguien.
Julieta estaba realmente asqueada por la forma de comer de Oswaldo que con la mirada le hacía señas a Myriam, para que se acercara a ella. –Necesito ir al tocador, ya no tengo hambre.- Julieta se levantó de su asiento y se introdujo entre la prole hasta la puerta principal, sintió que alguien la seguía, pero no quiso parar, pues las ganas de vomitar era lo que más le preocupaba en ese momento.
Ya en el baño o tocador, se miró al espejo y se dio cuenta de todo lo que pasaba a su alrededor, por su mente pasaban millones de cosas, como “¿Realmente amo a Luigi como para contraer matrimonio con él?, o peor aún, ¿Luigi me quiere de verdad, o sólo quiere el dinero de mi familia?”. La duda se le notaba en la cara, necesitaba hablar con alguien, pero no tenía ninguna amiga en realidad, salvo a Myriam, aunque muchas veces, Myriam era un poco sospechosa, demasiado callada y había estado en prisión, aunque la liberaron seis meses después, pues la corte acordó que todo había sido una “equivocación”.
Mirándose al espejo, Julieta decidió posponer su boda, hasta tener una vista clara de su relación con Luigi, aparte él tenía fama de mujeriego y caza fortunas, lo cual, por supuesto, él y su familia negaban rotundamente.
Julieta regresó al salón un poco pensativa, ya dudaba en comentar su decisión con sus padres y más aún con Luigi, ya que la familia tenía todo perfectamente planeado para el gran día, bueno, si es que acaso llegaba.
Elisabetta, se levantó de su costosa silla perfectamente tallada a mano, con una copa en la mano, golpeando ésta con una cuchara, algo clásico para llamar la atención de los invitados, y prosiguió proponiendo un brindis por los futuros esposos, pero Luigi trató de llamar su atención tosiendo un poco, y después señaló que Julieta no se encontraba en el gran salón.
Ésta vez, Elisabetta se retiró de la mesa para ir a buscar a Julieta personalmente, pero al momento de subir las grandes escaleras, se cruzó con Julieta.
-¿En dónde te has metido Julieta? Los invitados te están esperando.- Julieta sólo la miró y regresaron a la cena.
Elisabetta repitió su brindis, pero ahora con Julieta ya presente.
–Ahora que estamos todos reunidos, quisiera darles las gracias por acompañar a nuestra querida hija, en ésta noche tan importante para ella, espero que sean muy felices juntos.- Elisabetta parloteaba como si Julieta y Luigi ya estuvieran casados,
Pedazos del libro: Madame Julieta Está Muerta?
Julieta
está
muerta?
Cuatro personas misteriosas…
Sólo un asesino.
By: Lydia López.
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